Ilustre Cabildo Superior de Procesiones de Totana

Hermandad de Jesús Flagelado y Descendimiento

A partir de 1682 comenzó su andadura en Totana la Hermandad de la Preciosa Sangre de Cristo, en torno a la devoción de Jesucristo en la columna. Esta imagen se ubicó en el templo parroquial de Santiago y en torno a ella surgió la procesión penitencial de Viernes Santo en la mañana.

A principios de 1980, un grupo de totaneros, tras comprobar que entre los diversos pasos que procesionaban en nuestra ciudad habían algunas carencias, propusieron desfilar con la imagen de Jesús Flagelado, en la idea de presentar una narración plástica lo más completa posible de la pasión y muerte de Cristo. De este modo esta antigua devoción recobró su presencia en la Semana Santa de nuestra ciudad. En julio de 1983, una vez constituida la junta gestora presidida por don Andrés Campos Carrasco, decidieron solicitar de la Junta de Procesiones autorización para incorporarse a los desfiles procesionales de Totana. El proyecto se basaba en la presencia de dos pasos, el «de la Flagelación, similar al de Salzillo con el Santo Cristo de madera», para procesionar en la noche de Jueves Santo y la mañana de Viernes Santo, y «el Santo Cristo del Descendimiento», para la procesión del Santo Entierro en la noche de Viernes Santo. Tras los oportunos debates, en octubre de 1983 la Junta de Procesiones emitió dictamen favorable para la creación de la Hermandad de Jesús Flagelado y Descendimiento, condicionándolo a la aceptación de una serie de requisitos entre los que expresamente se indicaba la obligación de elaborar estatutos, el compromiso de mantener durante ese periodo la junta directiva inicial, el desfilar con túnicas de color y adquirir imágenes de talla en madera policromada. Aceptadas estas directrices por la junta gestora, la Hermandad comenzó su andadura. Una trayectoria fructífera y eficaz que ha conseguido, en relativamente poco tiempo, dotarse de entidad, infraestructura, ilusión y compromiso. Una vez autorizada su fundación se constituyó en enero de 1984 la primera junta directiva, asumiendo con ilusión y esperanza la nueva e interesante etapa que se abría.

En 1983 la junta gestora encargó al escultor de Alcantarilla don Fernando Ortuño Alburquerque la realización para la Semana Santa de 1984 de las imágenes de Jesús Flagelado y el paso de «El Descendimiento». Asimismo se contrató la realización de un trono de varas procesionar a hombros.

Es evidente que este primer esfuerzo requirió de un trabajo comprometido e intenso a fin de poner en marcha la Hermandad y conseguir los fondos necesarios para estas importantes adquisiciones. El entusiasmo de los hermanos cofrades y de la junta directiva hicieron posible superar esta difícil etapa inicial.

En octubre de 1984 asumió la presidencia de la Hermandad don Francisco Morales González, que con imaginación y capacidad de trabajo hubo de hacer frente a los diversos compromisos económicos que se habían adquirido en los inicios. Asimismo, se llevó a cabo la primera redacción de estatutos.

En 1993 ocupó la presidencia de la Hermandad don Pedro Tudela. Un año más tarde la asamblea le confió la gestión a don Antonio Martínez Belchí, quien con un equipo de hermanos cofrades entusiastas de la Semana Santa y con ganas y constancia en el trabajo han realizado significativas actuaciones que han enriquecido tanto el patrimonio como la vida de la Hermandad. A las tradicionales fuentes de financiación basadas en las cuotas de los hermanos, la venta de lotería y diversas rifas, se han unido en estos últimos años viajes y varias cenas de hermandad, no sólo para recaudar fondos con los que afrontar los retos planteados, sino también para favorecer el encuentro, la amistad y la vida comunitaria. En 1998 la Hermandad se incorporó, como una de las cofradías pioneras, a la nueva procesión de Martes Santo con el paso de Jesús Flagelado, suprimiendo su participación en la procesión de la mañana de Viernes Santo. En ese mismo año adquirió un local en la calle Alcantarilla, que con gran acierto ha transformado y acondicionado, adaptándolo a sus necesidades. La tenaz y fructífera gestión de las diversas directivas que desde el año 1998 hasta el presente han estado presididas por el señor Martínez Belchí han favorecido la consecución de importante metas y objetivos, entre ellos cabe señalar: la restauración de las imágenes, la reforma de estatutos para su aprobación por el Obispado de Cartagena-Murcia y su registro en el Ministerio de Justicia, la confección de un impresionante y hermoso entandarte, la actualización de cuotas, la compra de faroles guías, como también el varal para el estandarte y cetros, la confección de túnicas negras con capa morada para los portadores del estandarte y faroles. Igualmente se ha construido dentro de la sede de la Hermandad una capilla para colocar sus imágenes de devoción.