Tenemos constancia oral y referencias documentales de la existencia de la devoción en Totana a Santa María Salomé desde finales del siglo XIX. Al parecer, fue don José Yáñez Cánovas, piadoso vecino de nuestra ciudad y comitente de varias de las imágenes que procesionan en nuestra Semana Santa, el que encargó esta talla de vestir, en tamaño natural y tallada en madera policromada, al escultor don Francisco Sánchez Araciel.
Don José Yáñez profesaba un profundo cariño a los desfiles procesionales de Semana Santa. Con la idea de engrandecerlos, a finales de la década de 1920, cedió al maestro de obras de nuestra ciudad, don Francisco Martínez Molino, la imagen de su propiedad que representaba a la madre de los Zebedeos, de esa mujer valiente y cercana a Jesús que le pidió un puesto de honor para sus hijos en el Reino de los Cielos y que estando presente en la Pasión de Cristo, escuchó en primicia de labios del ángel en la puerta del sepulcro el anuncio de la Resurrección del Maestro. Tenemos constancia documental de que don Francisco Martínez Molino presidía la Hermandad en 1943, responsabilidad que le ocupó probablemente hasta 1948 o 1949.
A finales de la década de 1940 la presidencia de la Hermandad fue asumida por don Juan María Martínez Andreo, «el maestro de la villa», cargo municipal relacionado con la construcción, lo que corrobora la vinculación a la misma de los albañiles de la ciudad. Durante este tiempo se actualizaron y sistematizaron los libros de actas y contabilidad siguiendo para ello las directrices del Ayuntamiento, que obligó a llevar «libros de actas y de caja foliados y a la vez diligenciados por el señor Alcalde y secretario con el fin de que las gratificaciones que del ayuntamiento sean con arreglo a los gastos que se reflejan en caja, para que en caso de desvalgo sean responsables los componentes de la Directiva que para ello estén facultados». Asimismo, en este tiempo se asumieron como propios y de obligado cumplimiento los estatutos que en 1952 había establecido el Obispado de Cartagena-Murcia para el gobierno de las cofradías y hermandades. En 1953 se produjo el encargo de un nuevo trono. A principios de la década de 1960, la Hermandad contaba con local propio que durante algunos años ofreció a las hermandades de la Verónica y Santa María Magdalena para que pudiesen guardar sus tronos.
En 1969 asumió la presidencia de la Hermandad don Francisco Tudela Rodríguez, momento en el que se adquirió un local en la calle Hospital, como también se encargó la realizaron de un nuevo trono. En 1974 se procedió a comprar un solar en la calle Bolivia para construir la que desde dos años después es su sede y casa de hermandad.
Entre 1978 y 1982 ocupó la presidencia José Martínez Mulero. En esos años la Hermandad amplió su patrimonio adquiriendo los enseres necesarios para un mayor decoro en la procesión, como también vestido y manto para su imagen titular. Se iniciaron, igualmente acciones encaminadas a la creación de banda de cornetas y tambores.
En 1987 don José Egea Moreno ocupó temporalmente la presidencia de la Hermandad, planteándose entonces la conveniencia de encargar una imagen de la Pasión de Cristo para un nuevo trono a procesionar a hombros.
Al año siguiente, fue don Pablo Cánovas Martínez la persona que contrajo esta responsabilidad y en cuya presidencia continuó hasta marzo del año 2000. En ese tiempo se produjo una profunda transformación y renovación de la Hermandad, con una mayor participación e implicación de los hermanos. Asimismo, varios logros significativos caracterizan este periodo. Por un lado la realización de un nuevo trono por el artesano totanero don Andrés Romera Martínez, el acertado encargo de una imagen del Ecce Homo al escultor don José Hernández Navarro y la participación en la procesión de Martes Santo; por otro, concertó la donación de la imagen titular de la Hermandad por los herederos de don José Yáñez, primer propietario de la talla de Santa María Salomé.
En marzo del 2000 una nueva directiva presidida por don Miguel Ángel Cánovas Martínez comenzó la gestión y organización de la Hermandad. La juventud, el entusiasmo y la capacidad de trabajo caracteriza a este grupo de personas. En noviembre de 2001 se actualizó la denominación de la Hermandad para recoger la devoción de Ecce Homo que formaba parte de su patrimonio desde 1998. Desde entonces su título es el de «Hermandad de Santa María Salomé y Ecce Homo». En ese año de 2001 se iniciaron también las gestiones para proceder a la restauración de la imagen de Santa María Salomé que con gran acierto se le encomendó al restaurador de Jumilla don Mariano Spiteri y cuyo trabajo ha resultado muy satisfactorio.