A lo largo de su existencia la Hermandad había llevado a cabo varias iniciativas encaminadas a adquirir instrumentos musicales para constituir una banda de cornetas y tambores. Al no poder hacer realidad este proyecto, se vio obligada a recurrir durante varios años a otras de la localidad y de ciudades próximas. Algunos años recurrieron a acompañarse con unos pocos tambores que se compraron en 1964 para «abrir paso a nuestra Santa». Una nueva tentativa se produjo en 1966, cuando la Hermandad acordó «formar una pequeña banda», aunque no fue posible hacerla realidad en ese momento. En 1979 se encargó al hermano Pedro Tudela iniciar gestiones para formarla, pero no fue hasta 1982 cuando se consiguió superar el reto y se pudo procesionar con banda propia, tras haber adquirido los instrumentos necesarios, complementados con compras en años sucesivos. En 1984 se procuraron túnicas para sus componentes. A partir de 1999 se abrió un cauce de reflexión en la Hermandad sobre la conveniencia de que la banda vistiese la túnica durante los desfiles procesionales y uniformes para los traslados. En el año 2002 la Hermandad aprobó el atuendo de la banda de cornetas y tambores con el que desfila desde entonces, se trata de «pantalón verde oscuro, chaqueta del mismo color con galoneras, cinturón y hombreras, gorra de plato para la cabeza y zapato negro».
Desde principios del año 2000 la banda de cornetas y tambores, formada por 65 componentes, viene realizando una importante labor de mejora en técnicas musicales, instrumentos y partituras que ha dado lugar a una profunda renovación en el repertorio musical de la Semana Santa de nuestra ciudad.
Interpretan, entre otras, composiciones tan emblemáticas como «La Saeta», «¡Oh, bendita estrella!», «Oración», «Alma mía», «Jerusalén», «Pasan los campanilleros».
En junio de 2001 la Hermandad adoptó el acuerdo de constituir una escuela musical denominada Santísimo Cristo de la Sangre. Esta iniciativa ha permitido la consecución de un alto grado de preparación de los componentes de su banda que, igualmente, en los últimos años es modelo de buen hacer a favor de la Semana Santa de Totana.